Continuamos con el viaje de nuestro amigo Javier por Asia. Nos manda este relato y vídeo de sus aventuras en solitario.
Hay días en los que es mejor no levantarse.
Sin ganas, desmonto la tienda bajo una leve lluvia y me encuentro de nuevo con esas interminables cuestas de Sikkim.Infinitas.
El día es tan oscuro como el día anterior y me siento tan solo que pierdo toda ilusión.
Ya estoy pedaleando de nuevo y de repente escucho un fuerte chasquido que va acompañado de un breve y fuerte tirón. Me bajo y veo que la patilla que sujeta los cambios se ha partido y es entonces cuando me vengo abajo.
No puedo seguir y tengo que encontrar un vehículo que me lleve a algún pueblo donde puedan soldar la bicicleta.
Me vengo mas abajo cuando me dicen que en Sikkim me va a ser imposible soldarlo y que tengo que ir a Siliguri, en la mas pura India, a tan solo 150 km de distancia aunque sean mundos aparte.
Al mal tiempo buena cara, y encontrarme de repente en climas mas cálidos, llenos de luz y color, gente, olores, comida,vacas y todo aquello que puede describir la India me llena de ánimos, y nuevos planes empiezan a rondar por mi cabeza.
Fantaseo con nuevos destinos aunque mi ilusión tarda poco en desaparecer. Exactamente el tiempo que un soldador me dice que lo puede soldar y lo único que hace es fundirlo haciendo una pieza completamente abstracta.
Con la chapuza con la que he arreglado la bici estoy limitado a caminos llanos, donde pueda tirar de la bicicleta sin cambiar de marchas.
Y el próximo destino será a donde me lleve cualquier carretera mañana, pues al final y al cabo no es el destino lo que me importa, sino el camino.
Y lleno de ilusión y ánimo cualquier camino es fácil.