Om Mani Padme Hum

Om Mani Padme Hum, Om Mani Padme Hum, así 100 veces y vuelta a empezar. Hoy he conocido un Lama, uno de los de verdad. Ya hemos empezado a bajar y hemos parado a tomar un té, lleva todo el día nevando, es una pena porque no veo el paisaje, pero así pienso en mis cosas. Hemos parado en una casa que me ha recomendado Kalam y lo primero que he hecho ha sido entrar hasta la cocina, cosas de familia. Namaste, que cocina más bonita tiene señora, es lo primero que he dicho y era verdad, a mi también me gusta cocinar he continuado y en ese momento ya ha puesto cara rara pero ha sonreido, era muy maja. La vivienda tiene tienda y pregunto si puedo pasar por medio de toda la casa y toda la familia para no tener que salir a la calle. Venden queso de Yak y pregunto si me pueden dar a probar un trozo, me dan un trozo y la verdad es que está bueno, pido más y empiezo a mirar collares, evidentemente acabo comprando. Vuelvo cerca de la cocina y me sientan al lado de un Lama, al principio no me doy cuenta porque lleva un plumífero (como todo el mundo), está leyendo un libro o mejor dicho unas hojas sultas que parecen muy antiguas, creo que está rezando a la vez. Lo primero que pienso es en preguntar si se puede comprar el libro, para una persona que seguro que le gusta, pero inmediatamente pienso que seguramente sea una falta de respeto y que seguro que él le saca mejor partido. Acaba de leer, me mira y sonríe, acabamos comiendo queso de Yak y tomando té con leche o mejor dicho leche con té. Ve mi collar lo coje y creo que lo que hace con el es bendecirlo y después me lo devuelve, ahora mismo lo llevo puesto y eso que creo que me puede llegar hasta los pies; pero es de los buenos, de los de verdad. Este collar es para mi.
Lo que están cocinando tiene una pinta estupenda, pero en estos momentos hay algo en el próximo pueblo que me llama más la atención. Una ducha. Si, llevo 11 días sin ducharme en condiciones. Por fin llegamos, subo  a mi habitación y les cierro la puerta en las narices a Kalam y al del hotel y me quedo mirando el cuarto de baño. He vivido muy bien desde pequeño, he estado en casas maravillosas y en hoteles realmente buenos, pero en este momento, este cuarto de baño es el mas bonito que he visto. No sé que se sentirá en la noche de bodas, nunca me he casado, pero creo que lo que he sentido debe ser lo más parecido. He colocado ropa limpia sobre la cama y me he mentalizado de lo que iba a pasar. Entro al baño, con chanclas, por supuesto y veo un espejo, me miro y pienso, que mala pinta tienes, das asco y además estas muy delgado. Bueno seguimos, me empiezo a duchar y la sensación que tengo al sentir el agua caliente es……..la felicidad más absoluta. Me he duchado 3 veces (de verdad), me he afeitado, he inundado el baño y he dajado al hotel sin agua caliente. Dios que maravilla.
Me he puesto ropa limpia y la sensación es de ser el tío más feliz del planeta.
Bueno me voy a comer, bajo y está esperándome Kalam, le digo que lo siento mucho pero que tengo que buscar un ordenador porque tengo que trabajar, me enseña uno del hotel y le digo directamente que ese no me sirve. Ahora que yo no huelo, no voy a olerle a él, lo siento pero así son las cosas.
Me quedan uno o dos días de trekking dependiendo de la climatología y de si puedo cambiar los vuelos. Sí ya echo de menos la civilización. Como me he encontardo bien durante todo el trekking y la climatología ha acompañado, he podido reducir el número de días y voy a invertirlos en ir a Pokhara, para ver más montañas y otras cosas, tal vez un rafting. Ya tenía otros días reservados para Kathmandú, así que ya os contaré. aún me quedan otros 10 u 11 días de viaje.

Namasté a todos, estoy bien, muy bien y os echo de menos.

Santi.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *